El Yoga de la Comida



"Si alguien me ofrece con amor y devoción una hoja, una flor, una fruta o agua, Yo la aceptaré". (Bhagavad Gita 9.26 – El Yoga de la Comida)

Es bien sabido que los devotos de Krishna siguen una dieta vegetariana. Más que por salud o economía, por religión. Todas las religiones fidedignas nos piden "no matar", y nos traen un mensaje de paz y hermandad.

Algunos se burlan diciendo que en la India la vaca es sagrada. Ellos olvidan que para un verdadero espiritualista no sólo la vaca, sino que "todo" es sagrado. Sabemos que San Francisco fue capaz de conversar con un lobo y de salvarle la vida. Por supuesto las personas comunes sólo pensaban en cómo matarlo, pero la visión de un santo es diferente. El ve a todos como entidades espirituales, hijos de Dios. Por algo él se refirió como al "hermano lobo".

El señor Chaitanya nos instruyó en El Sendero de la Humildad. El dijo que debíamos considerarnos inferiores a una hoja de pasto, si queríamos cantar siempre el Santo Nombre. Un devoto debe tener la capacidad de apreciar la presencia de la divinidad en todo, pues todo ha emanado de El. Es una cuestión de sensibilidad y de realización. Mientras más ateo sea el hombre, menos respeto tendrá por la vida. Mientras más crezca en espiritualidad, más será su respeto hacia todo lo creado, pues tendrá la capacidad de ver todo como la manifestación de la voluntad de Dios.



La enseñanza bíblica también nos inspira por una dieta de respeto a la vida. Es innegable que la alimentación vegetariana fue la que mantuvo el hombre en el paraíso, la que practicó Daniel y sus hermanos, y la misma que siguió Jesús (leche y miel será su alimento, para que sepa conocer lo bueno-Isaías). Además el cuarto mandamiento ordena "no matarás".

Hay suficientes pruebas de que los primeros cristianos no sólo fueron vegetarianos sino que recomendaron esta alimentación a sus otros hermanos. Por ejemplo, escribiendo acerca de los primeros cristianos, San Juan Crisóstomo, del siglo tercero observó: "No existen manchas de sangre en ellos, no matan animales ni cortan carne, ni hay allí la horrible fetidéz de la carne, ni desagradables olores en la cocina. Con sus almuerzos de frutas y vegetales, incluso los ángeles del cielo, como ellos lo perciben, están felices y complacidos." Este mismo santo consideró: "Imitamos a los lobos y a los leopardos, e incluso somos peores que ellos porque la naturaleza les ha asignado esos alimentos, pero a nosotros Dios nos ha honrado con el habla y el sentido de la equidad, y aun así somos peores que las bestias salvajes". San Jerónimo, autor de la Vulgata o la traducción de la Biblia al latín que aún se usa hoy en día, le escribió a un monje en Milán, que había dejado el vegetarianismo argumentando que después del diluvio el comer carne había sido permitido. Él le respondió que de acuerdo a Jesús el divorcio también era permitido bajo la ley de Moisés, debido a la dureza del corazón humano, pero que esa nunca había sido la intención de Dios en el principio, y que como Cristo venía a restaurar todas las cosas, ya no era permitido ni el divorcio ni el comer carne.

En su homilía a Mateo 22:1-4, San Juan Crisóstomo observó: "Nosotros, los líderes cristianos, practicamos la abstinencia de la carne de animales para subyugar nuestros cuerpos... la alimentación antinatural de la carne es de origen demoníaco... comer carne es contaminante..." Además dijo: "el comer carne y beber vino incitan a la sensualidad, y son una fuente de peligro, de aflicción y de enfermedad".


También Séneca, del siglo quinto, filósofo estoico, era un firme vegetariano. Él inició un movimiento de esa índole en la Roma de Nerón, mas debió abandonar esta práctica pues estaba bajo la sospecha del emperador, de que por seguir dicha costumbre, él podría ser un cristiano. Por esta razón se vio obligado a volver a la carne. Él escribió: "Ciertas religiones extranjeras (la cristiana), se han vuelto el objeto de la sospecha del imperio, y entre las pruebas de adhesión a esta cultura extranjera es la abstención a comer carne. Por el ansioso pedido de mi padre entonces, tuve que volver a mis viejos hábitos alimenticios". Plinio, gobernador de Bithynia, escribió a su emperador Trajan, acerca de las prácticas de los primeros cristianos: "...Ellos dirigen una oración a Cristo como si fuese un dios, comprometiéndose a no cometer pecados y a nunca mentir, ni a negar una verdad, después de lo cual acostumbran comer juntos, pero un alimento inocente y común".

Sin embargo es preponderante la idea entre algunos cristianos de que Dios creó al hombre para que disfrutara las cosas del mundo. Esta es una idea muy antropocéntrica y por lo tanto egoísta. Más bien el Señor le dio soberanía al hombre para que sirviera a sus hermanos menores por darles la protección necesaria, y no para que abusara de ellos maltratándolos... Como encontramos en Juan 3,16: "Porque Dios amó tanto al mundo (no sólo a la humanidad), es que envió a Su propio hijo..."

El Reverendo Norman Vincent Peale declaró: "Pienso que una persona no puede ser un verdadero cristiano si al mismo tiempo maltrata a los animales..." Por supuesto podríamos reunir aquí miles de citas similares que son lógicas y concordantes con cualquier espíritu religioso. ¿Pero entonces, porqué el mundo así llamado cristiano ha permitido el establecimiento de miles de mataderos en el mundo, donde miles de animales inocentes son masacrados con el único fin de satisfacer apetitos glotones?

El cardenal católico John Henry Newman, escribió en 1870 que "la crueldad hacia los animales es como si el hombre no amara a Dios. Ellos no nos han hecho daño, no tienen capacidad de resistirse... Hay algo tan espantaso, tan satánico, en atormentar a aquellos que nunca nos hicieron nada malo y que no pueden defenderse por sí mismos".

"¡Gracias a Dios! -escribió John Wesley, el fundador del Metodismo, al obispo de Londres en 1747- desde que dejé la carne y el vino me he aliviado de todas mis dolencias físicas". Wesley también era vegetariano por razones espirituales. Él basó su vegetaria-nismo en la profecía bíblica referente al Reino de Paz, en el cual ninguna criatura iba a matar, ni a robar, ni a causar dolor a otra en la tierra.

El doctor John Harvey en su libro "La Dieta Natural del Hombre" en 1923, escribe: "Si la Biblia apoya el comer carne, también apoya la poligamia, pues todos los patriarcas tuvieron varias esposas y concubinas. Pero la ética cristiana propone un retorno al ejemplo del Edén como lo más idóneo. Adán, en su período en el paraíso, era tanto monógamo como vegetariano".

El reverendo J. Tyssul Davies escribió: "En mi posición de Ministro Cristiano, tuve que tomar mi decisión. Mi paladar estaba por el lado de la costumbre, y mi intelecto buscaba lo más ventajoso, pero mi raciocinio superior y mi conciencia no me dejaron más alternativa. Nuestro Señor vino a dar vida y no lo estamos siguiendo al quitarla en forma innecesaria. Y de esta manera me vi forzado, en contra de mi deseo, a dejar la carne"

"Querido Señor -comenzaba la oración de Albert Schweitzer- por favor protege y bendice a todos los seres vivos. Protégelos del mal y permíteles dormir en paz". Este notable cristiano protestante, vegetariano, filósofo, músico, escolástico y doctor misionero en Africa, ganó el Premio Nobel de la Paz en 1952. A través de estas declaraciones podemos percibir el espíritu natural de un corazón cristiano. Es imposible imaginar a Cristo matando a un cordero o a una vaca, justamente a los primeros seres que lo abrigaron en el pesebre. El principio de sensibilidad debe prevalecer en nuestra vida, de lo contrario estaremos siempre lejos de poder comprender el sensible y amoroso plan de Dios.

Siempre que nuestro maestro espiritual conversó con líderes de diferentes agrupaciones cristianas les pidió que dejaran de lado el consumo de carne. Por estas acotaciones podemos ver que la idea de muchos pensadores y santos de ese credo fue el de abstenerse de ese mal llamado alimento. Ya ha sido demostrado además, citando la misma Biblia, que Dios y los profetas dispusieron una dieta vegetariana para el hombre. En una conversación de nuestro maestro espiritual con el monje benedictino Emanuel Jungclaussen, le dijo: "Si los cristianos quieren desarrollar amor por Dios deben parar la matanza de animales y cantar el nombre de Cristo. Así todo será perfecto".

Dijo también Dios: ‘Ahí os doy cuantas hierbas de semilla hay sobre la haz de la tierra, y cuantos árboles producen fruto de simiente, para que todos os sirvan de alimento’; (Genesis 1.29), (ver Isaías 11,6-9, Mateo5,38-48). No he venido a enseñarles, sólo a pedirles que canten el nombre de Dios. La Biblia también les pide esto. De esta manera, por favor cooperen y canten. Los cristianos deben cantar el nombre de Cristo y prohibir la matanza de animales... Este programa está basado en la enseñanza de la Biblia, no es mi filosofía. Por favor hagan esto y verán cómo la situación del mundo va a cambiar».

El alimento además de vegetariano debe ser ofrecido al Señor, para que se espiritualice. Ya que todo lo tomamos de Dios, debemos agradecerle el alimento que nos da. De lo contrario actuaremos como un ladrón. En la Conciencia de Krishna a la comida ofrecida con amor al Señor es llamada "prasadam" que significa misericordia. El alimento, antes de ser ofrecido a Dios es llamado "bhoga", o aquello que está destinado a ser disfrutado. Si se come sin ofrecerlo a El, es un pecado, se ingiere karma, pues muchas entidades mueren cuando se enciende el fuego y se cocina, y también ocupamos algunos vegetales que tenían vida, sin embargo, cuando son ofrecidos a Dios, sus espíritus se benefician.